Acabo de terminar de leer la novela de Javier Cercas, Anatomía de un instante. Hacía mucho tiempo que no leía algo tan fascinante. Una búsqueda del sentido que tuvo un gesto, el gesto de Adolfo Suárez durante el 23-F, donde no se movió de su asiento cuando Tejero empezó a pegar tiros. Son imágenes vistas que todavía hoy llenan de admiración la posición de un hombre en entredicho que podía haber muerto ipso facto con total facilidad. Es un libro hondo, un viaje al interior de un hecho que reflejó la vida de España, de un instante en la vida de España, y que pudo cambiar el rumbo de todos nosotros. Pero también es un viaje al corazón de las personas, seguramente al suyo propio, que explique porque actuamos como heroes cuando no lo somos, y como don nadies cuando podemos ser heroes. Es realmente fascinante su disección de lo que ocurrió en aquellos años.
En el captítulo final, habla de su padre, muerto el día anterior a que el Rey fuese a visitar a Suárez el año pasado y enfermo de Alzheimer, y que esa foto saliese en todos los periódicos. Javier Cercas lo menciona porque siempre discutió de política con su padre, y de Suárez, y nunca entendío por qué. Recomiendo leer es capítulo suelto para entender un amor de hijo, que creo se parece mucho al que yo profeso a mi padre.
El caso es que este viernes pasado, estuve en la inaguración de una Exposición de Fotografía de Ifni, cuando era colonia española, y lugar donde vivió mi padre desde 1939 al 49. En 1969 dejó de ser español y este año se cumple el 40 aniversario. De ahí que acudieramos a la exposición, y llegados al lugar mi padre se encontró con su amigo de infancia, Mariano Fernández-Aceytuno, Marianito, que no veía desde aquella época. Marinito es la gran institución en el conocimiento y la historia de Ifni. Se reconocieron al instante, se acercarón y se abrazaron fuertemente. Mi padre que es un ser austero en el trato, no suele manifestar gestos de cariño, y sin embargo allí le vi, en su salsa, realmente emocionado.
Acto seguido, Marianito presentó el acto de inauguración, y las primeras palabras fueron para mi padre, por ser la persona de los presentes mas antigua en Ifni, y recordó momentos de infancia entre ellos que representan mucho para él, como inolvidables de un época y un lugar muy especial. Yo grababa el acto y estaba pendiente del sonido (que no me manejo muy bien), y en aquel instante miré a mi padre, visiblemente emocionado, tímido y trantando de disimular, guardándose los gestos, pero lleno de agradecimiento a que Marianito le mencionasen delante de tantas personas, y sobre todo de esa forma tan personal. Los presentes aplaudieron el detalle, y mi padre tuvo que esconder que los ojos se le enrojecieran. Yo miré todo el tiempo a mi padre, buscando su emoción, no quería perderme detalle de ese regalo que estaba recibiendo, y que sabía estaba siendo muy especial para él.
Terminado el acto me acerqué a mi padre a darle un beso, me dió las gracias y me llevo a ver una foto donde salía su padre, mi abuelo el Gobernador de Ifni. Hice una foto del momento.
Os he contado todo esto, porque el viernes he sido muy feliz viendo a mi padre, y me he sentido orgulloso de ser su hijo, y de poder compartir ese momento con él. Me gustaría compartirlo con vosotros, con los que perdeis el tiempo leyendo este blog.
A partir de este momento voy a escribir en este blog todo lo relacionado con nuestro viaje a Ifni, y desde luego, trataré de llegar al corazón de mi padre, que sé que es muy grande, y que tanto me ha enseñado de eso. Solo quería compartilo con vosotros, una vez mas.
5 comentarios:
Pues gracias por compartirlo!! Hay momentos en que hay que redescubrir nuestro origen, y la vida de ellos, y recobrar un tiempo que es único y nunca volverá...
Estaremos atentos a los siguientes capítulos.
Chacón
Me ha encantado leer tu blog sobre Ifni y sobre lo que debiste sentir viendo la emoción de tu padre en ese acto de homenaje.
Me hubiera gustado ir con el mío a ver esa exposición, porque seguro que se hubiera emocionado también de ver los campamentos de Ifni donde él vivió también.
Ahora yo estoy viviendo algo parecido con mi padre tramitando para él una simbólica jubilación que el gobierno francés da a los inmigrantes españoles que trabajaron allí en aquellos años y mi padre también se emociona.
Pero volviendo a tu blog, Coco...me alegra verte y leerte en este tono tan intimista y familiar. Me he emocionado yo también.
Un besazo, Gemma
Espero seguir leyendo todo lo que nos cuentas sobre Ifni.
Muy bien descrito el paralelismo entre el libro de "Anatomía..." y tu propia vida. Por supuesto que estos gestos que vemos en la madurez o la vejez de los los padres emocionan.
Te sigo con ganas.
hola soy rafik nacido en sidi ifni en 1976 y me siento español nunca marroqui.mes padres tienen la nacionalidad española y me hermana tambien.vivo en españa haci 9 años(palma de mallorca).me gustaria conocer mas la hestoria de me alma(ifni)y tambien gente k l'enteresa sidi ifni.un saludo.
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