martes, 18 de agosto de 2009

Días de Chequia

Llegaron las vacaciones mas esperadas. Entrañables nuestros días por tierras checas. Y el cuarenta cumpleaños de Pablo, y de algunos de nosotros, (yo la verdad me siento como Franco, que siempre se habla que estuvo cuarenta años y en realidad fueron 36, los que yo tengo), ha servido para estar juntos, para tomar las mejores cervezas del mundo, para conocer a gente nueva en la vida de Pablo, y a mi, a estas edades para hacer reflexión de toda una vida, toda una existencia en compañía de vosotros.

En esos días he mirado a mi alrededor mucho, quizá no he estado tan juerguista, pero he estado disfrutando de los momentos que hemos vivido. Lo dicho, ha sido entrañable sentirnos barrigudos, canosos y/o calvos, cansados, pero con ganas de estar allí, juntos, y no solo por el paisaje. Sin embargo, he mirado atrás, quizás para seguir buscando mi línea blanca, para saber si toda una vida en esta compañía se pueda decir que ha merecido la pena. He pensado mucho en toda nuestra trayectoria, y en nuestro estado de ánimo. He pensado mucho en nuestaras decisiones vitales, en las elecciones, en los giros, y los momentos de gloria, y en las miserías, en las equivocaciones, en las satisfacciones personales, en los logros, en lo que hemos dejado, en los que nos hemos encontrado en el avatar, y sobre todo he pensado mucho en nosotros, en nuestra intimidad, en nuestro escaparate y nuestro almacen, taciturno yo, como siempre mirando atrás, y observando el presente. Es dificil explicar mis sensaciones, muchas cosas confiadas han quedado en el camino, muchas renuncias, muchos vacíos, pero he seguido hacia delante, con flato, con dolor a veces, con sonrisas desbordantes otras, y sobre todo con vosotros, mis amigos. Para mi eso ha sido un regalo, y lo sigue siendo.

Estos días ha sido de recuerdos, de acordarnos como nos conocimos, o como nos hicimos íntimos, hemos vivido un Ateneo, otra vez, ya maduros, y hablando de campamentos, de espíritu idente, como si fuese actualidad quince años después. Hemos puesto en práctica nuestras personalidades ya desarrolladas, hemos querido estar ahí juntos, y creo que sin ser lo idílico que nos imaginamos el mundo antaño, seguimos caminando en compañía, a pesar de tantos años, y a pesar de tantas cosas. El valor de vuestra compañía me alienta a seguir, y como diría Pablo,"todo está dicho, y hecho, y ya solo nos queda cumplir". Un abrazo